Siempre se dice que el verano es la estación favorita del año para muchas personas. En esta época hace buen tiempo, tenemos vacaciones y tiempo libre para disfrutar de nuestras aficiones y seres queridos. Este verano de 2022 puede marcar un cambio en esta tendencia después de las continuas olas de calor que hemos padecido en España y el resto de Europa. Este intenso calor ha acarreado noches ecuatoriales que han imposibilitado el sueño a una gran cantidad de habitantes del viejo continente.
La falta de sueño provoca irritabilidad y continuos cambios de humor, que hacen que sea altamente complicado poder estar al lado de la persona que la padece. La inestabilidad de una persona aquejada de falta de sueño le hace hablar muchas veces antes de pensar. Cuando no hemos podido dormir estamos enfadados con el mundo y lo pagamos con el primero que se cruza en nuestro camino por la mañana. La falta de descanso también hace que se nos vayan las ganas de socializar y de hacer planes. Debido al cansancio nos encontramos como si estuviéramos padeciendo la peor de las resacas.
Aire acondicionado: pros y contras
Pasar toda la noche con el aire acondicionado encendido no es viable ni para nuestra salud ni para nuestro bolsillo. Este sistema nos mantiene frescos, sí, pero también hace que se nos reseque la garganta y podamos llegar a resfriarnos. Además, el coste de la electricidad y de la energía en general hace que muchas familias no puedan costear tener el aire enchufado durante muchas horas.
El verano siempre nos trae grandes recuerdos de la infancia. Esos momentos en los que jugábamos en la arena junto a nuestros primos o hermanos. Los primeros baños en el mar. Los paseos en bicicleta en familia. Los primeros amores, las ganas de disfrutar y comernos la vida. Los paseos por la playa de madrugada, los baños a la luz de la luna. Son fotografías mentales que guardamos para siempre en nuestro corazón. Su belleza natural, acompañada de las personas que nos rodean en esos instantes, hacen que sean irremplazables.
Felicidad y trabajo
Queremos impregnarnos siempre de cosas bellas y bonitas. Es una buena decisión en un mundo en el que desde los medios de comunicación no deja de resaltarse cada día todo lo malo. Debemos evitar caer en la monotonía y la tristeza. La rutina puede ser un buen arma de organización, pero también nos puede hacer caer en un pozo. Nuestro objetivo ha de ser hacer cada día cosas que nos gusten y que sean distintas. Actividades que estén relacionadas con el trabajo y a la vez nos hagan disfrutar. Es una pasada la sensación de estar trabajando y a la vez pasándolo en grande.
Pocas personas pueden llegar a decir algo así. Debemos buscar aquello que nos apasiona y encontrar una manera para poder monetizarlo. Así conseguiremos que nuestra vida sea disfrute durante las 24 horas que tiene el día. Tenemos que trabajar, pero también vivir y disfrutar y esta es una gran forma de hacerlo. Trabajo y placer siempre es una combinación que nos puede llevar a la más absoluta felicidad. La felicidad no lleva porque sí, tenemos que buscarla a través de nuestras acciones y de nuestras decisiones.
Este verano hemos pasado unos meses curiosos debido al calor y el invierno no pinta mejor. La guerra de Ucrania parece no tener fin y Putin amenaza con seguir subiendo el precio del gas y cortar el suministro a Europa. Ojalá la situación cambie en las próximas semanas. Pero lo cierto es que en las cabezas de todos sólo está Eddard Stark con voz grave y solemne anunciado que «se acerca el invierno».