«El Grand Prix del Verano» fue un programa emitido en la década de los 90 y los 2000 en TVE y que marcó a toda una generación de niños y mayores. Grandes y pequeños cada noche de lunes se reunían entorno al sofá para disfrutar del que por aquel entonces era el mejor programa de entretenimiento. Como reza su famosa canción de cabecera, se trata «del programa del abuelo y del niño». Muchos eran los pequeños que reían y disfrutaban viendo este formato junto a sus queridos abuelos en las calurosas noches de verano.
Dicho programa versaba en torno a la participación de dos pueblecitos muy pequeños de España. Ambas localidades acudían representando al equipo amarillo y al equipo azul y competían en distintas pruebas para ver quién era finalmente el ganador. Los dos pueblos que más puntuación alcanzaran al final de la edición se enfrentaban en una Gran Final. En dicha finalísima se declaraba al ganador absoluto de «El Grand Prix del Verano».
Las mejores pruebas
Algunas de las pruebas más recordadas del programa eran «Los Troncos Locos», «Los Bolos», «Las cartas» o «Las Gincanas» y «Don Tancredo». En estas dos últimas pruebas participaban las famosas vaquillas del programa. Vaquillas a las que el recordado maestro Leiva, por orden de Ramón García y junto a su banda, recibía al son de clarines y timbales. Este, el de los animales, quizá sea el punto más conflictivo a abordar de lo relativo a su vuelta. La conciencia animalista está hoy más despierta que nunca en nuestra sociedad. Además, está prohibida por ley la presencia de animales vivos en programas de televisión. Cabe recalcar que el logo del programa es una vaquilla.
Muchos jóvenes nacidos a finales de los 80 y en los 90 han creado grandes recuerdos de infancia gracias a un programa como «El Grand Prix». Este es un formato familiar que pretendía hacer pasar un buen rato a toda la familia durante el verano. Un programa blanco, en el que la diversión primaba por encima de todo. El único objetivo es que la audiencia lo pasara bien. También los participantes, que a buen seguro no podrán olvidar esa experiencia.
La vaquilla y el regreso
La vaquilla, pieza de central de su logo, es indisoluble del programa. El Grand Prix no podría entenderse sin ella. El programa nació también para celebrar las tradiciones y costumbres de los pueblos de España y es por ello que no se entendería un regreso del formato sin ellas. Ellas son la esencia del Grand Prix, y siempre tratándolas con el máximo cariño y respeto, no debería molestar a nadie su presencia. El formato es el es y así se enamoró de él toda una generación. Ahora, sería un auténtico sacrilegio modificarlo.
Desde que el pasado mes de abril Ramón García anunciara junto al famoso streamer Ibai Llanos que estaban preparando la vuelta de este formato, son muchos los que están frotándose las manos con la posibilidad real de volver a disfrutar de este espacio de entretenimiento que tan buenos recuerdos les trae. Ramontxu e Ibai ya colaboraron en las pasadas campanadas de fin de año. Ambos cosecharon un éxito sin precedentes, ya que superaron en audiencia a las televisiones tradicionales.
En una entrevista en el programa radiofónico «Las mañanas de Kiss» Ramón García ha asegurado que desde entonces no se ha parado de trabajar en la idea de devolver a la vida «El Grand Prix». El presentador vasca ha reconocido, sin embargo, que es «muy complicado, al tener que juntar dos mundos como la tele analógica y Twitch». Muchos de los que crecieron en los 90 y viendo «El Grand Prix», estarían más que encantados con su vuelta.