En los últimos años se ha generado una tendencia en la música que nos recuerda a la comida rápida. Esto se debe a que la mayoría de cantantes del momento saca una nueva canción cada viernes y, curiosamente, parece casi calcada a la de la semana anterior. Es lo que tiene el trap, el reggaetón y todas las nuevas melodías urbanas que tanto encandilan a nuestros jóvenes. En los últimos tiempos, suenan todas las canciones igual. Esto puede que esté relacionado con el vertiginoso ritmo de vida que llevamos actualmente las personas, aunque no quiere decir que sea algo bueno.
Pero no es solo la melodía, la calidad de las letras de las canciones actuales también ha descendido considerablemente. Las obscenidades y las palabras ininteligibles abundan en estas obras. No hay letras profundas que hagan reflexionar y pensar a quien escucha la canción. Nada más que la misma melodía siniestra una y otra vez con letras que, sinceramente, dan vergüenza ajena en la gran mayoría de casos.
Letras vergonzosas
Esto no es bueno para la industria. Esta música hace que muchas de las personas que ya empiezan a peinar alguna cana que otra afirmen que como la música de antes no había nada. Esto es muy cierto. La música solía ser pegadiza sin ser vomitiva y te invitaba igualmente a bailar sin estridencias. Aquella música no te hacía querer perder el sentido del oído… Con lo de ahora, más de uno lo agradecería.
Otro punto en contra de la música de ahora es el exceso de auto-tune. Ese filtro por el que se pasa la voz de muchos de los cantantes actuales y que camufla las imperfecciones que cometen al cantar. Ya no hay voces limpias como las de antes. Prodigios vocales que fuera cual fuera su estilo te hacían levantarte de la silla tras su actuación. Ahora hay chavales que buscan hacerse famosos y con un poco de arreglo dan el pego.
Famosos y cantantes
También los famosos se suman a esta moda. Chabelita, la hija de Isabel Pantoja, sacó hace unos años una canción que tenía más auto-tune del soportable. La canción era un auténtico horror y no tuvo ningún tipo de éxito. Esto es muy común. Como son famosos, creen que hagan lo que hagan gustará y triunfará. No tienen en cuenta la calidad del producto porque a su juicio, no es necesario. Con llevar su firma basta.
Eso no es así. Por más famoso que seas, si quieres ofrecer un producto a tus seguidores, ha de ser de calidad. Da igual que se trate de una canción, de un libro, una película o lo que sea. Aquello que ofrezcas ha de tener una mínima garantía y un pequeño esfuerzo en su elaboración. Todo lo fast food está empezando a dar pereza y vergüenza ajena. Hay que arriesgar, innovar y no intentar ser un meme en cada segundo. Lo único que consiguen estos artistas es eso. Repercusión en redes. Pero ya está. Desde luego, no serán recordados en el futuro.
Además, es triste decir que con esta moda de sacar temas cada semana, se está perdiendo el CD físico, una de los objetos más maravillosos que hay. La alegría de saber que tal o cual artista va a lanzar su nuevo álbum tal día y programar tu salida esa tarde a la tienda de discos o al centro comercial para adquirirlo se está acabando poco a poco. Todas estas abominaciones que se siguen atreviendo a llamar música son lanzadas a través de plataformas como Spotify, Youtube o Apple Music exclusivamente. Ojalá que esta tendencia cambie en poco tiempo, pero no parece que vaya a ser así.