La tasca el Pollo bajará la persiana definitivamente el próximo mes de septiembre después de 45 años. Durante más de cuatro décadas, este restaurante ha sido un imprescindible del verano castellonense. Su dueño, Antonio Almazán se va a jubilar y no hay nadie que vaya a quedarse al frente del negocio.
Son muchos los castellonenses y turistas que hacían la pertinente parada en este conocido bar para disfrutar de una agradable comida o cena de verano en familia o con los amigos. Todos los comensales guardan en el paladar el delicioso sabor de sus pollos. El buen hacer en la cocina y el trabajo en equipo han sido la receta del éxito de este bar. Verano tras verano, la «Tasca el Pollo» no ha parado de ganar adeptos a lo largo de su historia.
Tradición
Día a día, los miles de benicenses y turistas acuden hasta la «Tasca el Pollo» con una mezcla de tristeza y nostalgia. Tristeza por saber que es el último verano y nostalgia por todos los buenos momentos vividos allí. Son muchas las personas que habrán tenido una primera cita de verano en la «Tasca el Pollo» y tendrán recuerdos imborrables.
Este conocido local también era lugar de reunión y celebraciones para muchas familias que se reencontraban allí en la época estival. Muchas personas hemos crecido saboreando sus deliciosos pollos y ahora empezamos a sentirnos huérfanos. ¿Qué mejor sitio hay para pasar una agradable noche de verano y cenar bien? Eso es lo que se preguntan muchos. No me cabe duda de que muchos turistas que no conocieran esta tasca se habrán sentido afortunados de poderla disfrutar.
Aquellos visitantes que tengan intención de pasar sus vacaciones en Benicàssim está noticia les habrá caído como un chorro de agua fría. No podrán disfrutar del familiar y acogedor ambiente de este restaurante, en el que siempre te reciben con una sonrisa. La afluencia al local ha sido mayor que nunca este año a causa de la noticia del cierre. Sin embargo, la gente ha sido educada y respetuosa, aguardando su sitio en la cola.
Los trabajadores también han mostrado su pesar por el cierre, pero también han mostrado su agradecimiento a Almazán. Antonio es el alma de la «Tasca el Pollo» y siempre ha tratado con absoluto respeto y comprensión a sus trabajadores. El agradecimiento es mutuo en el seno de este equipo que ha brillado durante más de cuarenta años.
Agradecimiento
Aunque sus hijos no están interesados en el negocio, Antonio Almazón no pierde la esperanza de que alguien acabe haciéndose con el local. «Es muy difícil, pero no pierdo la esperanza», asegura. Ojalá lleguen buenas noticias desde Benicassim y el próximo verano no veamos su mítico restaurante vacío.
A pesar de la tristeza por el cierre, Almazán sigue trabajando como el primer día para ofrecer el mejor servicio. La calidad aquí siempre ha sido excelsa y así va a seguir siendo hasta que la persiana baje por última vez. La entrega de este equipo para servir al pueblo de Benicàssim y a todos sus visitantes es encomiable y hay que agradecerlo. El buen servicio y el buen trato se venden caros últimamente, por lo que lugares como este son de los que hacen falta.
Siempre cuesta decir adiós a los iconos pero, en este caso, más. La Tasca el Pollo formará para siempre parte del paisaje y del imaginario de un Benicàssim. Un local sin el que no se puede entender la temporada estival en este municipio tan turístico. La localidad castellonense deberá afrontar en 2023 un verano en el que nadie podrá decir aquello de «quedamos en la Tasca el Pollo».