Seis inspecciones llevadas a cabo en distintos establecimientos de hostelería de Castellón han llevado a la Policía Nacional a detener a cinco personas acusados de delitos contra los derechos de ciudadanos extranjeros. Estos empleados se descubrió que no estaban dados de alta en la Seguridad Social.
La investigación ha sacado a la luz diversas pruebas que podrían probar un delito de explotación laboral contra trabajadores extranjeros. Además, estos hechos supondrían también un incumplimiento de la Ley de extranjería.
La hostelería es un sector que ha estado siempre rodeado de polémica. Las condiciones laborales abusivas por parte de algunos hosteleros hacía sus trabajadores han hecho que estos se revelen. Los trabajadores de la hostelería piden un sueldo acorde a las horas que trabajan y estar asegurados en la Seguridad Social.
Condiciones abusivas
Muchos son los pantallazos de conversaciones de WhatsApp que algunas personas han hecho circular a través de las redes sociales. En estas conversaciones se ve como los jefes ofrecen unas condiciones inhumanas a sus trabajadores y les humillan. Cuando la persona interesada rechaza la oferta y muestra su desacuerdo con la posición del empresario, este le humilla.
Esto es algo que no debería ocurrir. Todos los trabajadores, sean del sector que sean, merecen unas condiciones laborales dignas, en las que sean tratados con respeto por su empleador y se valore su trabajo. A la hora de trabajar, necesitamos sentirnos motivados y bien tratados para rendir en condiciones óptimas. Un trabajo precario hace que no demos el 100% de nosotros.
En esas condiciones, no somos felices y no nos sentimos plenos. Nos creemos, y con razón, poco menos que esclavizados. Estamos en pleno siglo XXI y algunas actitudes y comportamientos que no deberían tolerarse. Los trabajadores no son esclavos. Son personas que merecen una remuneración adecuada por el trabajo que desempeñan. Nadie debe trabajar gratis ni aceptar que le esclavicen.
Respeto y buen trato
Todos merecemos un respeto como trabajadores y también como personas. Este tipo de situaciones daña algo tan importante y preciado como la salud mental. Trabajar por amor al arte día tras día merma nuestro amor propio y nuestra autoconfianza. Nos hace caer en una espiral en la que pensamos que no valemos nada y que no servimos para nada. Vemos que nadie es capaz de pagar por nuestro trabajo y asumimos que no sabemos hacer nada y que no merecemos en la sociedad.
Nos consideramos poco menos que una carroña, un palo en la rueda que impide que todo avance. Entramos en una peligrosa espiral que no nos va a llevar a nada bueno. Siempre que en cualquier situación nos sintamos minusvalorados debemos salir corriendo. Somos mucho más de lo que ellos quieren ver. Valemos y debemos hacernos valer. Siempre debemos ir con la cabeza alta.
En ningún momento debemos consentir que nadie nos tome el pelo cuando estamos buscando trabajo. Aunque para los empresarios somos simples números, debemos entender que no lo somos, que somos personas. Unas personas que necesitan ese trabajo para poder seguir adelante. El trabajo nos proporciona un sustento del que esta clase de empresarios nos priva.
Siempre debemos plantarnos ante esto y denunciarlo en Inspección de trabajo. La kriptonita de estos explotadores son los inspectores. Estos profesionales les rompen su burbuja despótica y les obligan a cumplir la ley. Tras la visita de estos inspectores, el hostelero se ve obligado a asegurar a sus trabajadores y darles unas condiciones laborales dignas.
No hay nada como sentirse bien en el trabajo y poder estar a gusto en un entorno laboral sano y amable. Todos merecemos lo mejor y no sufrir para poder sacar a nuestras familias adelante. Ojalá se pueda conseguir.