Alexia Putellas, jugadora del FC Barcelona Femení, fue reconocida ayer en una gala celebrada en Estambul como la mejor jugadora europea del año. La catalana, que fue elegida a principios de año como la Balón de Oro femenina, sigue sumando reconocimientos. Recientemente, Putellas ha ampliado su leyenda al conseguir el premio a mejor jugadora europea. Esto hace que cada vez más el fútbol y el deporte femenino tengan más presencia en los medios de comunicación tradicionales.
El caso de esta jugadora, oriunda de Mollet del Vallés, hace que muchas niñas se vean reflejadas en ella. Así, las pequeñas entienden que pueden conseguir todo lo que se propongan y ser ni más ni menos que quienes ellas quieran ser. Nuestras niñas deben entender que no por el hecho de ser mujer están limitadas. Su vida no está condicionada y mucho menos su futuro está acotado a unos campos determinados por su sexo.
Un espejo en el que mirarse
Las niñas deben mirarse en espejos como Alexia Putellas, que es la prueba viviente de que cualquier sueño que tengan puede convertirse en realidad. Con esfuerzo, sacrificio y trabajo podrán llegar a ser lo que ellas quieran ser. Por supuesto, deben siempre contar con la ayuda y el apoyo de sus padres en esta dura tarea. Los progenitores deben ser la muleta de niña y sostenerla siempre que esté a punto de caerse. Ellos han de ser un faro que la ilumine cuando no vea la luz al final del túnel.
Para los padres, debe ser un orgullo ver a su hija luchar por conseguir aquello que quiere. Más mérito tiene teniendo en cuenta que el fútbol y el deporte en general todavía es considerado un terreno de hombres. Hay padres que no apuntan a sus hijas a ningún deporte porque consideran que es algo de chicos y que su pequeña no debe perder el tiempo ahí. Ese es un grave error.
Nuestras hijas deben ser únicamente aquello que ellas quieran ser. No podemos interferir en su futuro. Eso sólo servirá para que puedan pasar el resto de nuestros días recordando que le cortamos las alas y no le permitimos cumplir su sueño. Ellas deben volar, florecer allí donde sean felices y demostrar todo su talento y saber hacer. Sea en la disciplina que sea. Deportiva o de cualquier otra clase.
Que ellas decidan
Antiguamente había casos en los que los padres decidían por sus hijos o hijas su futuro laboral. Tenían la ilusión de que ejercieran tal o cual oficio y a ello les obligaban. En muchos casos, la carrera elegida para sus vástagos era su sueño frustrado, por lo que vivían su vida ideal a través de sus hijos. Unos jóvenes sin culpa de los errores de sus padres que ven frustrada su gran ilusión por un capricho.
Mientras no hagan daño a nadie con sus decisiones, nuestras jóvenes deben obrar por si mismas. De esta forma, también aprenderán a levantarse después de cada fracaso. Por parte de los padres, siempre hay que recordarles una cosa y es que el único que no fracasa es aquel que no lo intenta. Siempre hay que intentarlo e ir a por todas para lograr aquello que queremos. Con confianza y seguridad, todo es posible. Luchemos.
El único límite que debemos tener es el cielo y todo lo que hay por debajo es más que alcanzable. Sólo depende de lo mucho o poco que deseemos algo y el ímpetu con el que intentemos conseguir ese objetivo. Con perseverancia, paciencia y trabajo duro todo puede conseguirse en esta vida y es la lección de vida que nos regalan día tras día mujeres como Alexia Putellas.